La supervivencia del vínculo conyugal en caso de destierro: ¿principio postclásico o justinianeo?

Abstract

El principio de no disolución del matrimonio fue una innovación de Justiniano que se vio obligado en su Novela 22.13 del año 535 d.C. a atribuir la novedad a Constantino como consecuencia de la interpolación introducida en la constitución del año 321 d.C. por la compilación justinianea al incluida en el Código del año 534 d.C., radicando la novedad en el hecho de que si el destierro no iba acompañado de la perdida de la ciudadanía romana, el matrimonio podría seguir desplegando los efectos del derecho civil quedando regido, en caso contrario y de mantenerse la affectio maritalis, por el ius gentium.